martes, 12 de mayo de 2009

A 80 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DON CARLOS VAN BUREN VALLEJO



Compañeros:

…Hicieron ayer justamente diez años!... En una gris mañana otoñal, mientras en la huerta florida del hombre que gusta gozar de los encantos de la naturaleza después del rudo batallar cotidiano, las hojas de los árboles, exhaustas y faltas de sol, iban cayendo una en pos de otras, adentro, en el hogar, se extinguía apaciblemente la vida de un hombre bueno y generoso!... y ese caer incesante y copioso de las hojas, parecía hacer compás con las últimas palpitaciones de su alma, que también falto del calor que vivifica, se iba desprendiendo de su envoltura temporal para remontarse a lo Alto, en busca de una vida infinitamente mejor!...


Así nuestro animoso Secretario; Guillermo Ernesto Meyer, en un trabajo leído en Sesión Solemne celebrada el 26 de abril de 1939 recuerda a quien tanto diera por la ciudad y la “Tercera” a diez años de su partida. Hoy a pocos días de conmemorar los 80 años del fallecimiento de quien fuera uno de los más destacados hombres que haya pasado por nuestras filas, hemos de transcribir algunos datos referentes a la vida y obra de don Carlos Van Buren, los que esperamos, sean de vuestro interés.

Don Carlos Van Buren Vallejo nació en la ciudad de Copiapó un 1 de octubre de 1868. Sus padres fueron Don Juan Melitón Van Buren, descendiente de una antigua familia flamenca avecindada en el sur de los Estados Unidos, y que dio a ese país su octavo Presidente, y Doña Damiana Vallejo, hija de una distinguida familia atacameña que proporcionó a su Provincia preclaros servidores.
Don Juan Melitón Van Buren había llegado a Chile contratado para las obras del ferrocarril de Caldera a Copiapó, el primero construido en Sudamérica.

La familia Van Buren Vallejo tenía su residencia en el barrio de la Chimba, en la calle El Pino, y ahí pasó Don Carlos los primeros años de su niñez.

Muy niño, Don Carlos fue enviado al Liceo de Copiapó, a aprender sus primeras letras, y donde su hermano mayor Juan ya cursaba humanidades, destacándose ambos por resultar ser aventajados alumnos.
Varias décadas después, y a raíz del terremoto que azotó a Atacama el año 1922, volvería Don Carlos a los corredores que lo vieran forjarse en el hombre piadoso y caritativo en que se convertiría con el correr de los años. Como prueba del cariño que emanaba de sus recuerdos estudiantiles, obsequió a su viejo Liceo una valiosa colección de la “Enciclopedia Espasa”, la que el Liceo conservó en un sitio de honor durante muchos años junto al retrato del donante. A este regalo agregaría la obra de Frank H. Simmonds “Historia de la Guerra del Mundo”, ampliando así dicha biblioteca, considerada una de las más importantes de Chile del primer cuarto del siglo XX.

Ya situado en los estudios secundarios Don Carlos es enviado a Valparaíso donde ingresa al Colegio Ingles del Cerro Alegre, en donde adquirió una sólida y completa preparación comercial.
Egresado de dicho establecimiento Don Carlos pasa a ocupar su primer trabajo en el Banco de A. Edwards y Cia., presentado allí por otro buen servidor de la “Tercera”, su buen amigo Don Roberto Felipe Délano Ross, trabajo que no habría de abandonar jamás. Paulatinamente desde su ingreso como empleado corriente desde 1885 comienza a demostrar sus dotes de hombre responsable y bien premunido de los conocimientos que se hacen necesarios para desenvolverse de manera óptima y aventajada en el acontecer de sus actividades, llegando así, a ocupar la Gerencia de dicho establecimiento el año 1913.
En el año de 1920 dejaría la Presidencia del Banco de A. Edwards y Cia, otro buen amigo, y también destacado porteño y tercerino, me refiero a Don Ricardo H. de Ferrari, situación por la cual Don Carlos pasaría a ocupar la más elevada jerarquía de la institución, la que mantendría hasta el día de su muerte.

Accionista en diversas sociedades comerciales, el señor Van Buren fue muy pronto llevado al seno de sus Consejos Directivos, y en ellas aportó con la luz de su inteligencia y conocimiento en forma eficaz y beneficiosa. Puestos de ésta naturaleza ocupó en la Compañía Sudamericana de Vapores, Compañía de Cervecería Unidas, Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, entre otras.

…Por la profunda versación que el señor Van Buren llego a adquirir en el manejo de los negocios era considerado en el comercio un verdadero mago de las finanzas; pero, como ya lo dije en una oportunidad, aun en estas actividades, en las que generalmente el egoísmo y la reserva se imponen como necesidad esencial para obtener el éxito, se dejaba ver también la natural bondad de esta hombre todo corazón; amigo de sus amigos, que jamás emprendía una negociación sin iniciar a sus íntimos en los secretos del éxito. Ganando él, ganaban sus amigos!...


Pero como nos referimos a un hombre bueno!... Sería mezquino de nuestra parte no nombrar a aquellas instituciones que nada aportan en cuanto a ganancias económicas, pero que tanto ayudan al engrandecimiento de las virtudes de los hombres; Don Carlos participó activamente en la Liga de los Estudiantes Pobres, La Sociedad Protectora de la infancia, La Beneficencia Pública, el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, el Centro de Propaganda Contra la Tuberculosis, en el Círculo de la Prensa, en la Liga de Sociedades Obreras, en la Sociedad de Instrucción Primaria, en la Escuela Federico Varela, además fue gran benefactor de la Asociación de Artesanos, entre otras.

Designado Administrador ad honores del Hospital San Juan de Dios, Don Carlos ingresa a la tarea de reconstruirlo después del terremoto de 1906. Con verdadero cariño ve concretada su noble obra años mas tarde, transformando así un casi inservible edificio, en un moderno centro hospitalario, resguardo para todo aquel que así lo requiriese.
Pero no sólo del giro de cheques se conformaba su ayuda, sino también, de la inesperada y tan necesaria visita que practicaba con tanto placer para acompañar en su lecho a los más enfermos y desamparados de la ciudad. No era raro verlo llegar al Hospital cargando un puñado de fuñingues, que eran los cigarrillos que gustaban al pueblo, de los cuales en más de alguna oportunidad se le vio compartiendo al borde de la cama junto los enfermos.

Cuando Valparaíso requirió de sus servicios, no dudo, pese a su delicado estado de salud debido a los excesos que se permitió con el tabaco, en aceptar la labor de Alcalde, la que si bien no fue prolongada debido a sus afecciones, demostró grandes adelantos y legó a la ciudad más que necesarios servicios.

El 11 de noviembre de 1887 ingresaba a la “Tercera” a la cual serviría tan espléndidamente con sus servicios, incluso hasta después de su muerte.
Es elegido Secretario en 1889, Ayudante en 1892, Sargento y Elector de Oficiales Generales en 1894, y en 1895 es elegido Capitán, puesto que conserva hasta 1898, siendo en 1900 elegido nuevamente Capitán, para en 1902 servir brillantemente en el puesto de 2º Comandante, y desde 1903 hasta 1913 como Consejero. El año 1914 es designado Miembro Honorario del Directorio General en virtud a los dilatados servicios que prestara al Cuerpo de Bomberos. En 1917 es elegido Director de Compañía, y en 1921 Superintendente del Cuerpo, puesto que por problemas de salud debe abandonar el año 1923, siendo nombrado al año siguiente Superintendente Honorario.

En el año 1913 el señor Van Buren encarga a Europa una moderna bomba automóvil marca Benz, la que es inaugurada el 8 de marzo de 1914. Años mas tarde proporcionaría los recursos necesarios para adquirir el reemplazo de dicha bomba.
En las fiestas que organizó la Compañía para celebrar la llegada de la nueva bomba, se le consultó al señor Van Buren que indicara, según su parecer, cuál sería la forma más conveniente para celebrar la llegada de tan moderno y novedoso elemento. El señor Van Buren resolvió que la Compañía se presentara vistiendo uniforme en el Hospital San Juan de Dios para visitar a los enfermos y obsequiarles cigarrillos y golosinas.

No solo a la “Tercera” donó el señor Van Buren moderno material, varias otras Compañías gozaron de ese justo privilegio.

… Don Carlos era para sus amigos de la “Tercera” un camarada leal y afectuoso, y en la vida cotidiana del Cuartel borraba los linderos de la jerarquía, haciendo sentir a todos, en los viejos y en los jóvenes, el calor de la amistad. Gustaba contar lo que había visto y observado en sus diversos viajes por el extranjero, y era muy aficionado a los chistes y anécdotas, de las que tenía un gran repertorio. El señor Van Buren era metódico, y casi siempre se presentaba al Cuartel, especialmente en las fiestas, después de haberse dado un baño y tomado una ligera colación, y esto hacía que resistiera con mayor lucidez que los demás, los efectos de esos agentes que en toda época se han usado para animar el espíritu!...

Habiendo observado la importancia que tienen en los Hospitales los servicios de las Enfermeras, en su testamento otorgó una cuantiosa suma de dinero para la construcción de una Escuela de Enfermeras, procurando así que las generaciones venideras, pudieran disfrutar de los invaluables y delicados servicios que prestan estas abnegadas servidoras.

Transcurrido un mes de la muerte del señor Van Buren, una Junta de Beneficencia pidió al Ministro de Bienestar Social (actual
Ministerio de Salud), cambiar el nombre del entonces Hospital “San Juan de Dios” al de “Carlos Van Buren”, realizándose por Decreto 974 del 24 de mayo de 1929.

Tampoco se olvido de la “Tercera” a la cual proveyó de una cuantiosa suma de dinero para dotarla de buen material durante varios años.

He aquí, escrita someramente la vida de un gran hombre que supo servir a Valparaíso con el título de Filántropo.

…El señor Van Buren flota como una luz que orienta y anima; y, que cuando después de los Actos del Servicio se proclama su nombre como el más ilustre de nuestros Voluntarios, es como si lo viéramos de nuevo, con su noble rostro, señalándonos la senda honrosa del futuro!...

Don Carlos Van Buren Vallejo fallece en Viña del Mar el 25 de abril de 1929 rodeado de hombres y mujeres que han de agradecer por siempre la gran obra que ha de dejar en ellos la bondad de nuestro más preclaro benefactor y Voluntario Ilustre.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me parece que jamas se caso, era primo hermano de mi abuelito, Rodrigo Vallejo